La tradición más famosa que tienen los extranjeros de los mexicanos es sin duda el Dia de Muertos, pero aunque conocemos esta tradición en todo el país lo cierto es que se celebra más en el sur, mientras que en el norte solo se hace en alguna que otra escuela. Mi esposa y yo tuvimos la suerte de vivir en el sur del país por unos años y conocer el Dia de Muertos en todo su esplendor, nada que ver con cómo nosotros veíamos esta tradición, nos enamoró y nos impresionó totalmente, tanto que aunque ya volvimos al noroeste nos quedaremos con ella, seguiremos celebrándola y haciendo nuestro altar.

Hay tradiciones que enriquecen la cultura y creo que vale la pena quedarte con ellas, como Día de Muertos donde se honra a los que ya no están, todo tiene un significado y de paso te comes un pan de muerto (que por cierto es de naranja y no realmente de muerto 😂).

Sin embargo, hay otras “tradiciones” que no enriquecen la cultura pero sí la afectan, uno de los que, en mi totalmente parcial opinión, me parecen de mal gusto, es la tradición de la ostentación. Esta tradición siempre ha existido, y según mi experiencia se acentúa más en la parte norte del país, creo que estamos especialmente expuestos por ser vecinos de EEUU, donde la definición de éxito está en tener más cosas, o tener la mejor versión de las cosas que tenemos: El mejor auto en su versión más equipada, el celular más caro en su versión más actual, la ropa que se vea más cara, incluso el comportamiento, como los pasatiempos o los lugares que visitas, que te hagan ver más “exclusivo”. Vaya, he visto personas compitiendo en el gimnasio por ver quien lleva los mejores audífonos, tenis o la mejor bandita de la cabeza.

Si esa es tu definición de éxito no veo ningún problema con seguirla, los problemas que veo son los siguientes:

  • La mayoría de nosotros ni siquiera nos hemos parado a pensar cuál es nuestra definición de éxito.
  • Las marcas aprovechan para definirlo por nosotros, y nos lo venden en forma de “con esos tenis serás el mejor deportista”, “esos asientos de piel de tu auto te harán existoso”, cuando compras el auto te das cuenta de que no es así.
  • Indirectamente, te insertan la culpa y la baja autoestima del “No puede ser que yo use una gorra de 150 pesos cuando los demás traen gorras de 1000, no soy exitoso(a) y para serlo necesito comprar una también”
  • Nos han vendido que somos de clase media y eso nos hace pensar que podemos con todo, siento mucho decir la verdad, la clase media existió en su momento pero es algo que ya no existe, solo están la clase alta y los demás somos la clase trabajadora, nos quieren vender más de lo que podemos comprar y, como todo mundo lo hace, nosotros también caemos en el juego y somos una estadística más de los endeudados.
  • La cultura, en lugar de enriquecernos, empieza a controlarnos y caemos en el mismo círculo sin salida que los demás, haciendo crecer aún más esa cultura.

Si un amigo me preguntara por mi opinión al respecto le daría este consejo:

“Ya lo sé, ni modo que no te compres nada o que solo elijas por precio, lo barato sale caro y es mejor comprar un pantalón que te dure años y se vea mucho mejor aunque te salga en 1200 pesos que uno de 300 que dure 3 meses, pero debes enfocarte en cuáles son las cosas importantes para tí, no todo puede ser importante y, a menos que seas Bill Gates, no podemos tener lo mejor de todo, si para ti no es importante la música ¿para qué quieres los audífonos más caros si con unos normales la haces?, si tu mochila sigue siendo útil ¿necesitas realmente cambiarla? ¿acaso es tan importante?, si vas al gimnasio con un short de $100 pesos y estás a gusto ¿realmente necesitas el short adidas de $1000 solo para que los demás te vean? pregúntate ¿qué es prioridad para mi? ¿te gusta viajar? ¿te hace feliz vestir bien? ¿te gusta jugar videojuegos? ¿es importante para tí el fútbol? inviértele mucho a eso, cómprate los mejores taquetes de fútbol del mercado si eso te hace feliz y es importante, pero deja fuera las cosas no importantes PARA TI, no lo que es importante en la zona donde vives.”

Por cierto, nuestro altar del año pasado, a ver cómo nos sale el de este año:

altar