Como todos, no soy inmune a desear muchas cosas que veo anunciadas, pero es imposible tenerlo todo, hay que saber elegir y solo comprar cosas que aporten a nuestra vida (comodidad, felicidad, experiencia, aprendizaje, o lo que sea que es importante para tí), con tanto anuncio es imposible no caer de vez en cuando y comprar cosas por moda o deseo temporal.
Algo que me ha funcionado para no lanzarme a gastar como zombi cada vez que me llega la quincena y andar sufriendo al final del mes, es que cada vez que voy a una plaza o veo publicidad en mis redes sociales y algo me llama la atención, en lugar de comprarlo en el momento me pregunto ¿realmente lo necesito? ¿me aportará algo bueno y duradero o solo es un deseo de momento? también me hago algunas preguntas secundarias como ¿dónde voy a acomodar eso, tengo espacio? ¿me traerá más gastos secundarios? por ejemplo si compras una guitarra, necesitarás donde ponerla, tendrás que comprar un soporte, brocas para instalarla o mandarla instalar, cuerdas de vez en cuando, tal vez un afinador y otros aditamentos.
Con esto no digo que jamás compre algo que no necesite, tampoco es malo darnos un lujo de vez en cuando, si no para qué trabajamos, un ejemplo es el Macuahuitl que acabo de adquirir, que también fue un arranque de emoción porque son las armas que usa el ejército en mi libro, pero ¿apoco no se ve genial? 😁.
Fuera de presumir (¡pero en serio míralo, está bien chingón 🤩!), normalmente después de hacerme estas preguntas me doy cuenta que no necesito la mayoría de las cosas, algunas veces las termino comprando de todas maneras y tengo que volverme a dar otra vuelta por la tienda 😑, pero en la mayoría de los casos la emoción se me apaga después de hacerme las preguntas y al final eso lo ahorro o lo gasto en cosas más importantes que sí me aporten.
Para complementar te recomiendo un libro que da justo en el clavo con esta idea, su nombre es “¿Realmente lo necesitas?”, De Pierre-Yves Mcsween.