Estoy iniciando un hábito que llamo “Menos cantidad y más presencia”, hay demasiadas opciones siempre: demasiados videojuegos, libros, música, películas, series, etc. esto me causa que tenga parálisis de análisis, es decir me tarde mucho en elegir, a veces tardo más en elegir la película en Netflix e incluso a veces después de estar viendo el catálogo por media hora pienso qué flojera, apago la tele y termino viendo el celular (donde ahora son otros los que deciden qué contenido voy a ver, pero este es otro problema).
Y la otra es que una vez que elijo un libro, videojuego o película en lugar de disfrutarlo estoy pensando en el siguiente, en el otro que no elegí “¿Será mejor? ¿habré elegido bien? ya quiero empezar con el siguiente”, me ha pasado que termino juegos o libros rápidamente y sin disfrutarlos en todo su esplendor porque ya quiero empezar el otro, como si se tratara de una meta acabarlos. A veces pienso que antes las cosas eran mejores, se hacían con más calidad pero ¿Será que antes disfrutaba más este tipo de cosas porque solo podía tener uno a la vez (una película rentada, un solo videojuego) en lugar de tener que elegir entre tantos, entonces no quedaba más que disfrutar del presente?
Así que el hábito que llevo practicando desde hace algunas semanas consiste en varias cosas:
- Menos consumo (en especial en formado de video, menos netflix, youtube) y ser más selectivo, en especial con las series que si las empiezas tienes que invertirles mucho tiempo.
- Una vez que elija, dedicarme y enfocarme en ese sin estar pensando en si otro puede ser mejor, simplemente disfrutar el momento presente.
- Pensar en que no es una carrera, es una ruta panorámica.
- Como extra, no dejarme llevar por promociones como trailers, publicidad, reseñas de youtubers o recomendaciones para iniciar con algo nuevo, y menos si no es del tipo de contenido que en verdad disfruto.
Hasta ahora ha ido excelente, me ha gustado mucho y siento que he disfrutado más del contenido que consumo, espero seguirlo practicando para estar más consciente, presente y menos apurado y abrumado por cosas que no lo ameritan.